Localizada a 5.500 a.l. en la constelación del Escorpión encontramos lo que parece una descomunal huella con una extensión de 50 a.l. dejada por algún gato cósmico... ¿Doraemon?... que paso por allí hace unos pocos de millones de años.
Esta nebulosa de emisión de un color rojo vivo debido a la incandescencia de los átomos de la nube de hidrógeno, la número 8 del catálogo Sharpless, fue descubierta por el astrónomo John Herschel en 1837, quien la observó por primera vez desde el observatorio de Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica.
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